LA HERMANA ANGELINA ES UN MADRE QUE FUE APOYO DE COFAMI DURANTE AÑOS Y VIVIO DE CERCA EL MOVIMIENTO COFAMI, ASI COMO AL PADRE PIO, ELLA SE FUE A MISIONAR A CENTRO AMERICA Y ANTES DE PARTIR NOS DEJO ESTA CARTA PARA TODO COFAMI, Y POR MEDIO DE PONCHO Y LUCY NOS LLEGO A COFAMI SAN MARCOS .
CARTA DE HERMANA ANGELINA
Queridos Hermanos animadores y servidores de Encuentros COFAMI, Les saludo aunque desde la distancia. Les saludo en el Señor Jesús a quien ustedes y yo amamos y por eso servimos. Me han pedido que les diga unas palabras de animación para iniciar el encuentro de matrimonios. Con las limitaciones que las circunstancias me imponen tales como no estar personalmente y también no conocer las peculiares circunstancias en que se encuentra el grupo, deseo que mi mensaje sirva de algo confiando en la poderosa gracia de Dios. Vivimos como país circunstancias y tiempos muy difíciles a los que solemos llamar "tiempo de crisis". Esta palabra “crisis” bien interpretada y entendida no es otra cosa que la oportunidad que se nos brinda de crecimiento. Crecimiento que se nos pide cuando las circunstancias nos están indicando que algo ha llegado a su límite, a su caducidad, a su casi "pudrición" y gritan por una renovación, por VIDA NUEVA. La crisis que vivimos nos llama a celebrar la realidad de lo que queremos celebrar: Un bicentenario y un Centenario. No me extiendo sobre esto porque ustedes bien saben que estamos en el riesgo de hacer celebraciones espurias y sin ningún contenido real que favorezca a nuestro pueblo. El llamado ENCUENTRO MATRIMONIAL COFAMI tiene como finalidad coadyuvar a la gracia divina para que actúe en las parejas que atenderán a él. Los hermanos que prestan los diferentes servicios no hacen otra cosa que crear el ambiente fraterno en el que Dios actúe iluminando sus corazones y moviendo sus voluntades para hacer un cambio necesario en sus vidas ya sea para restaurar una relación disfuncional o para mejorarla dando un mayor sentido cristiano en la profundidad del amor y de la mutua ayuda para vivir su vocación matrimonial y favorecer que sushijos crezcan y se desarrollen en un ambiente que los construya en lugar de destruirlos emocionalmente. Los medios que usa el encuentro son las charlas con los testimonios que dan los hermanos desde su propia experiencia, las dinámicas, los juegos, la liturgia, la recepción de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía (llamada santa misa). Aparte de estos servicios hay otros que no aparecen, que no se ven tales como los carteros, los que ayudan (cuando es necesario) con la confección de alimentos, el servicio del café, la limpieza del local, de los sanitarios. (Para los que no lo saben, COFAMI hace encuentros para los pobres y presta todos los servicios). Así pues, al ir al "encuentro" nos disponemos a ser verdaderos discípulos de Jesús por el servicio. Nos "ponemos el delantal" para lavar los pies de nuestros hermanos y servirlos con todo amor como "siervos" igual que nuestro amado Señor Jesús. Los servicios son muy variados como ya dije. Pero ninguno es más importante que el otro. Las categorías aquí son distintas de las categorías sociales donde el ejecutivo es más importante que el conserje. La única categoría para nosotros viene dada por el AMOR con el que descubramos el rostro de Jesús en cada uno de nuestros hermanos participantes -sean de la clase social que sean- y los sirvamos como aquel hombre a quien llamamos "el Buen Samaritano" del que nos habla Jesús en una de sus parábolas. Hablando en un sentido metafórico podemos decir que en ocasiones los matrimonios -o uno de la pareja- vienen como
El individuo que encontró el buen samaritano: asaltado, golpeado, sangrante, despojado, abandonado en el camino y desairado por los que pasan. Nosotros vemos el aspecto externo de las personas, pero no sabemos lo que tiene su interior, y sus historias traen a cuestas. Si somos verdaderos discípulos estaremos preparados para muchas formas de servicio que van desde una sonrisa hasta un corazón que sabe escuchar para poder ser presencia de Jesús para ellos. Gentes alejadas de Dios, gentes que se llaman cristianos, pero no lo conocen o han estado alejados de El por ignorancia, por miedo, por el pecado, por incredulidad. Nuestro servicio debe comenzar por la ORACION, por el ofrecimiento del trabajo, por la aceptación gozosa del sacrificio que supone estar lejos de la familia en un fin de semana, o haber renunciado a un espectáculo o acontecimiento que mucho nos interesaba. Ese partido de futbol, esa película, ese encuentro con un amigo, esa fiesta... hemos renunciado para morir como el grano de trigo y entregarnos en nuestro tiempo de servicio y ser como el grano de trigo que muere para ser fecundo. Es por esta actitud que rebasa los intereses humanos de quedar bien, de sacar una ventaja, como suelen actuar los políticos. Por esa actitud es que nos hace hábiles para que la gracia -por medios humanos- levante, consuele, conforte, sane, haga oír, haga ver, hagan andar a los paralíticos. Y no dijo Jesús que para esto había venido? Y, si somos discípulos, no es esta nuestra misma misión? Por tanto, hermanos queridos, como servidores de la gracia no haya entre ustedes, desacuerdos, envidias, competencia, etc. Háganlo todo con la sólo mira de agradar a Dios. Y el que quiera ser el más grande HAGASE EL SERVIDOR DE TODOS. Recuerden que no hay un servicio grande o pequeño, lo que si hay es un AMOR grande. Sean como los ángeles que sirven a Dios en alegría, en amor y en alabanza. Su alegría será ver que esos matrimonios, por su testimonio llegan a VER lo que es ser creyentes y se animen a seguir el CAMINO. El camino de ser cristianos verdaderos y el camino de cofami que es ser apóstoles de la familia.
Que Dios los bendiga a todos.
Cuenten con mi humilde oración.
Hermana Angelina
Queridos Hermanos animadores y servidores de Encuentros COFAMI, Les saludo aunque desde la distancia. Les saludo en el Señor Jesús a quien ustedes y yo amamos y por eso servimos. Me han pedido que les diga unas palabras de animación para iniciar el encuentro de matrimonios. Con las limitaciones que las circunstancias me imponen tales como no estar personalmente y también no conocer las peculiares circunstancias en que se encuentra el grupo, deseo que mi mensaje sirva de algo confiando en la poderosa gracia de Dios. Vivimos como país circunstancias y tiempos muy difíciles a los que solemos llamar "tiempo de crisis". Esta palabra “crisis” bien interpretada y entendida no es otra cosa que la oportunidad que se nos brinda de crecimiento. Crecimiento que se nos pide cuando las circunstancias nos están indicando que algo ha llegado a su límite, a su caducidad, a su casi "pudrición" y gritan por una renovación, por VIDA NUEVA. La crisis que vivimos nos llama a celebrar la realidad de lo que queremos celebrar: Un bicentenario y un Centenario. No me extiendo sobre esto porque ustedes bien saben que estamos en el riesgo de hacer celebraciones espurias y sin ningún contenido real que favorezca a nuestro pueblo. El llamado ENCUENTRO MATRIMONIAL COFAMI tiene como finalidad coadyuvar a la gracia divina para que actúe en las parejas que atenderán a él. Los hermanos que prestan los diferentes servicios no hacen otra cosa que crear el ambiente fraterno en el que Dios actúe iluminando sus corazones y moviendo sus voluntades para hacer un cambio necesario en sus vidas ya sea para restaurar una relación disfuncional o para mejorarla dando un mayor sentido cristiano en la profundidad del amor y de la mutua ayuda para vivir su vocación matrimonial y favorecer que sushijos crezcan y se desarrollen en un ambiente que los construya en lugar de destruirlos emocionalmente. Los medios que usa el encuentro son las charlas con los testimonios que dan los hermanos desde su propia experiencia, las dinámicas, los juegos, la liturgia, la recepción de los sacramentos de la reconciliación y la Eucaristía (llamada santa misa). Aparte de estos servicios hay otros que no aparecen, que no se ven tales como los carteros, los que ayudan (cuando es necesario) con la confección de alimentos, el servicio del café, la limpieza del local, de los sanitarios. (Para los que no lo saben, COFAMI hace encuentros para los pobres y presta todos los servicios). Así pues, al ir al "encuentro" nos disponemos a ser verdaderos discípulos de Jesús por el servicio. Nos "ponemos el delantal" para lavar los pies de nuestros hermanos y servirlos con todo amor como "siervos" igual que nuestro amado Señor Jesús. Los servicios son muy variados como ya dije. Pero ninguno es más importante que el otro. Las categorías aquí son distintas de las categorías sociales donde el ejecutivo es más importante que el conserje. La única categoría para nosotros viene dada por el AMOR con el que descubramos el rostro de Jesús en cada uno de nuestros hermanos participantes -sean de la clase social que sean- y los sirvamos como aquel hombre a quien llamamos "el Buen Samaritano" del que nos habla Jesús en una de sus parábolas. Hablando en un sentido metafórico podemos decir que en ocasiones los matrimonios -o uno de la pareja- vienen como
El individuo que encontró el buen samaritano: asaltado, golpeado, sangrante, despojado, abandonado en el camino y desairado por los que pasan. Nosotros vemos el aspecto externo de las personas, pero no sabemos lo que tiene su interior, y sus historias traen a cuestas. Si somos verdaderos discípulos estaremos preparados para muchas formas de servicio que van desde una sonrisa hasta un corazón que sabe escuchar para poder ser presencia de Jesús para ellos. Gentes alejadas de Dios, gentes que se llaman cristianos, pero no lo conocen o han estado alejados de El por ignorancia, por miedo, por el pecado, por incredulidad. Nuestro servicio debe comenzar por la ORACION, por el ofrecimiento del trabajo, por la aceptación gozosa del sacrificio que supone estar lejos de la familia en un fin de semana, o haber renunciado a un espectáculo o acontecimiento que mucho nos interesaba. Ese partido de futbol, esa película, ese encuentro con un amigo, esa fiesta... hemos renunciado para morir como el grano de trigo y entregarnos en nuestro tiempo de servicio y ser como el grano de trigo que muere para ser fecundo. Es por esta actitud que rebasa los intereses humanos de quedar bien, de sacar una ventaja, como suelen actuar los políticos. Por esa actitud es que nos hace hábiles para que la gracia -por medios humanos- levante, consuele, conforte, sane, haga oír, haga ver, hagan andar a los paralíticos. Y no dijo Jesús que para esto había venido? Y, si somos discípulos, no es esta nuestra misma misión? Por tanto, hermanos queridos, como servidores de la gracia no haya entre ustedes, desacuerdos, envidias, competencia, etc. Háganlo todo con la sólo mira de agradar a Dios. Y el que quiera ser el más grande HAGASE EL SERVIDOR DE TODOS. Recuerden que no hay un servicio grande o pequeño, lo que si hay es un AMOR grande. Sean como los ángeles que sirven a Dios en alegría, en amor y en alabanza. Su alegría será ver que esos matrimonios, por su testimonio llegan a VER lo que es ser creyentes y se animen a seguir el CAMINO. El camino de ser cristianos verdaderos y el camino de cofami que es ser apóstoles de la familia.
Que Dios los bendiga a todos.
Cuenten con mi humilde oración.
Hermana Angelina
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